Ceuta ya no es lo que era. No sé ni siquiera si alguna vez lo fue.
Si mi abuelo levantara la cabeza ya no vendría a Ceuta a comprarse un reloj a buen precio.
Probablemente en sus tiempos tampoco hubiera venido porque se hubiera comprado un Longines en alguna relojería de la calle Mayor de Guadalajara.
No he visto ninguna garrota en Ceuta. Qué se puede esperar de una sociedad sin garrotas.
Una ciudad sin garrotas es una ciudad sin futuro o peor aún, es una ciudad sin pasado. Lo peor... es una ciudad que no tiene donde apoyarse!
No quiero confundiros... en Ceuta sigue estando el Museo de la Legión, sin cabra, pero museo.
Y el museo de la legión y sus vitrinas, esas sí que son de tiempos de mi abuelo.
jueves, 11 de diciembre de 2008
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