Hoy en día se llamarían esparteñas, o sandalias, o quien sabe como, pero en aquella época se llamaban Albarcas, como Dios manda.
Las albarcas necesariamente tenían que estar llenas de polvo y barro, y ser viejas.
Las fábricas de Albarcas fabricaban directamente a viejo, porque unas albarcas nuevas daban de otra cosa.
En fín... esas cosas que tenían los tiempos de nuestros abuelos.

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